jueves, 11 de septiembre de 2008

El encantador de sapientes.

De todas las formas posibles, eligió la de bolas tristes, el desencantado negador de sentimientos y se convirtió en eso, en un impoluto relator de posibles expresiones, entonces iba por la calle repitiendo cual ave maría, el siguiente versito:

No quiero ser grosero, disculpe, pero retirese
no quier ser grosero, disculpe, pero
no quiero ser grosero, disculpe,
no quiero ser grosero,
no quiero ser
no quiero
NO!(concluía gritando)

1 comentario:

Unknown dijo...

Triste muy triste el encantador desencantado, tan triste que va inclinado los hombros, la espalda el cuello la cabeza las piernas hasta las bolas, tanto se inclina y se adentra que termina siendo una bola, pero lo peor de todo es que es una bola triste y desplumada.